Ecuador, primer país Latinoamericano, sede del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía
El 17 de junio de cada año se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, fecha designada en 1994 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de sensibilizar a todos los países del mundo y a sus ciudadanos con respecto al estado y las acciones prioritarias tomadas a escala global y nacional para revertir la desertificación y la degradación de las tierras y fortalecer la respuesta a la sequía.
En este contexto el Gobierno del Ecuador recibirá a los representantes de la convención en un evento que busca promover la gestión sostenible de la tierra como uno de los pilares de la bioeconomía: la producción basada en el conocimiento de recursos y procesos biológicos innovadores, y principios para proporcionar bienes y servicios de manera sostenible en todos los sectores económicos. La bioeconomía es un indicador de impacto establecido en el Plan de Desarrollo Nacional (2017-2020).
El lema de este año es: “Las tierras tienen un valor real. Invierta en ellas”. Monique Barbut, Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Secretaria Ejecutiva de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD), afirmó que “el eslogan de la campaña, recuerda que la tierra es un activo tangible con un valor cuantificable por encima del dinero en metálico. Este valor se está perdiendo por culpa de la degradación. Sin embargo, podemos incitar a los usuarios de las tierras a hacer uso de las prácticas de gestión de las mismas que mantienen las tierras productivas, simplemente con las decisiones que tomamos cada día a la hora de comprar lo que comemos, bebemos y vestimos”.
El Gobierno ecuatoriano a través del Ministerio del Ambiente (MAE) realiza varios esfuerzos a nivel nacional para contrarrestar los efectos de la desertificación, uno de ellos es el proyecto de inversión pública, Gestión Integrada para la Lucha contra la Desertificación, Degradación de la Tierra y Adaptación al cambio Climático (GIDDACC), el cual trabaja en las provincias de: El Oro, Loja, Azuay, Tungurahua, Manabí, Chimborazo y Pichincha, sectores de extrema sequía, en los cuales hemos construido y rehabilitado 100 tajamares (lagunas artificiales que poseen muros de tierra bien definidos, se llenan mediante un proceso de lenta acumulación de agua de lluvia, proveniente de las escorrentías) y 30 pilancones (pequeños diques o muros de hormigón similar a una pequeña represa, construidos de forma artificial) en la macro cuenca de los ríos Catamayo – Playas, beneficiando actualmente a más de 350 familias de forma directa.
A esto se suma, el proyecto Ganadería Climáticamente Inteligente (GCI), cuyo objetivo es el de reducir la degradación de la tierra, incrementar la capacidad de adaptación al cambio climático y de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), mediante la implementación de políticas intersectoriales y técnicas de ganadería sostenible, con especial atención en provincias vulnerables a este fenómeno: Manabí, Guayas, Santa Elena, Loja, Imbabura, Napo y Morona Santiago.
El dato
Los últimos estudios realizados entre el MAE y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) determinaron que el 50% de los suelos de nuestro país se encuentran en procesos de degradación; cabe indicar que la degradación es un proceso previo a la desertificación. Las provincias más afectadas son: El Oro, Loja, Azuay, Manabí, Chimborazo, Tungurahua, Guayas, Pichincha, Imbabura Esmeraldas, Zamora-Chinchipe.
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Ministerio del Ambiente